"Lo que hoy parece un esfuerzo, mañana será un triunfo"

martes, 12 de mayo de 2015

Por los que están y por los que mejor que no estén.

Digamos que en la vida de cada uno hay dos grupos de personas. Hay que saber diferenciar a las personas importantes de las que simplemente pasan por ella para enseñarte algo y después marcharse. Otra gente les llama errores. Yo prefiero llamarles de esta forma, ahora entenderéis el por qué.
Diferenciarlos a veces no es nada fácil. Aquellos que solo pasan para enseñarte algo a veces saben camuflarse demasiado bien entre el grupo de tu gente indispensable. Te hacen creer que eres importante para ellos, que nunca te harían daño.
Bien. Se diferencian en algo muy sencillo.
Los que pertenecen al grupo de los indispensables son aquellos que, si te fallan, pongo la mano en el fuego de que lo hacen sin querer. Jamás soportarían verte sufrir, y así te lo demuestran DE VERDAD. Y lo pongo en mayúsculas porque te lo demuestran con hechos.
A veces somos tan ingenuos de creernos las palabras de aquellos que nos importan creyendo que les importamos igual. A veces cedemos tal grado de confianza que nos toman por tontos, ¿o nunca te has sentido así?
El caso es que la gente que está en este grupo, si te fallan, moverán cielo y tierra para arreglarlo, para quedarse en tu vida, porque te valoran tanto que les dolería, de verdad que les dolería perderte. Así que forman parte de tu vida desde hace muchísimo tiempo. O quizás no tanto, pero te han demostrado estar.
Y luego está el grupo de personas que solo entran en tu vida para enseñarte. Para enseñarte a ser más fuerte, a abrir los ojos, a hacerte respetar, a valorarte. Hay personas que te acaban demostrando que no te quieren, y es entonces cuando tú mismo te quieres más que nunca.
Te enseñan. Te enseñan mucho. Te enseñan a valorar antes un hecho que una palabra. A quedarte con los detalles. Te enseñan a no ser como ellos. A que las decepciones duelen, pero que te enseñan a crecer.
La verdad es que ahora mismo no me imagino mi vida sin las decepciones por las que he pasado. Por las que me han hecho pasar. ¿Y sabéis por qué? Porque entonces no sería tal y como soy ahora.
Prometo que estoy totalmente agradecida a las personas que han pasado por mi vida para enseñarme, porque gracias a ellos hoy soy quien soy, soy más fuerte, me valoro y me respeto más que nunca y sobre todo me quiero. Me quiero por todos aquellos que no han sabido hacerlo.
Gracias. Y que os vaya bien, de corazón que os vaya muy bien.

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