"Lo que hoy parece un esfuerzo, mañana será un triunfo"

martes, 12 de agosto de 2014

Contradicciones.

¿Qué se supone que se debe hacer cuando mente y corazón dicen lo contrario? ¿A quién hay que hacer más caso?
La mente simplemente es coherente, trata de hacernos ver el camino por el cual nuestra vida se desordenará lo menos posible, el camino por el que quizás vayamos a sufrir menos. Pero, ¿es eso cierto? ¿Realmente evitamos sufrir tomando el camino que nos dice la mente o acaba siendo peor por reprocharnos haber elegido el camino fácil?
Por otra parte está el corazón, ese cabrón que ni piensa, que simplemente necesita sentir, que lo único que te pide es acción. Que sí, que la acción puede acabar en tragedia, pero a él le da igual, él únicamente quiere sentirse vivo.
Mi camino favorito es este último. ¿No os dais cuenta? La mente lo único que hace es quitaros experiencias, aprendizajes... y en cuanto a mí, creo que estoy justo en la edad de no privarme de ninguna de ellas. Quizás sufra más o quizás gane más, quién sabe.
¿Dónde se deja esta tía el miedo? pensaréis. Bien, hablemos del él. La mente anula el miedo , no le deja paso. El miedo aparece si eliges el camino contrario, el que dice el hijo de puta de tu corazón. ¿Miedo? ¿A qué? ¿Miedo a que no sea el camino correcto? ¿Miedo a pasarlo mal? ¿Miedo al miedo quizás? Si de algo estoy segura a día de hoy es que las mejores vivencias están cargadas de miedo, miedo antes, miedo durante y miedo después. Que lo mejor llega cuando te arriesgas. ¿Qué es el miedo sino sentirte vivo? Y...

...¿Qué gracia tiene no alterar tu vida?

domingo, 20 de julio de 2014

Porque cada "adiós" es un mundo y hoy apuesto por los "hasta luego".

Hoy me han hecho una pregunta supongo que típica: "¿A qué le tienes miedo?" Bien, al principio he pensado "¡a los bichos!", pero eso más que miedo es asco. Después he pensado "a que me corten el pelo mientras duermo" y oye, es un miedo eh, pero al fin y al cabo es una tontería. Y tras un rato pensando, ¿sabéis a lo que he descubierto que le tengo miedo de verdad? A una palabra. Sí, como suena, le tengo miedo a una puta palabra. Una palabra de cinco letras que podría hacerme temblar como si estuviese en el Polo Norte sin abrigo. Una palabra que solo de pensarla me da un vuelco el corazón como si fuese el barco de Poseidón.
Dicha palabra es "adiós". Adiós, adiós, adiós. Más la digo y más me asusta. Tan fría, tan distante, tan "no hay nada después".
Pienso en todas las personas que me dijeron adiós para no volver, aquellos "adiós" que me costó asumir y en cada adiós que no quiero que suceda.
Después de eso he seguido pensando. Creía que le tenía miedo a una palabra y en parte no es así. A veces nos dicen "adiós" y duele, pero, ¿qué pasa cuando no se dice? ¿qué pasa cuando es una mirada lo que te dice que después no hay nada? que hay vacío,  ¿qué pasa cuando no hay despedida? ¿cuándo no queda aliento para cinco letras?
De cualquier forma, un "adiós" dicho, una mirada o un vacío, duelen como cuchillos.
¿Sabéis lo que estaría bien? Alguien que te arrancase los miedos de golpe, una persona que llegase a tu vida para quedarse. Alguien que te haga olvidar la palabra "adiós", con quién no hubiese miradas frías ni huecos vacíos. Una persona con la que dejar de tener miedo a las despedidas, porque sabes que después de cada una de ellas habrá un encuentro.

En conclusión, digamos que "adiós" se ha vuelto la palabra más odiosa y que, por tanto, "hola" se ha convertido en mi palabra favorita. Cual yin-yang.

domingo, 13 de julio de 2014

Aprendiendo.

De la última entrada a aquí son incontables las de cosas, situaciones o sentimientos que he pasado o sentido. No sé por qué no me salía escribir, no entiendo por qué no habría sabido por donde empezar. Quizás no quería ser consciente.
El caso, y lo importante es, que son más experiencias sumadas. ¿ Y sabéis lo mejor de las experiencias? Que no cambian mi forma de ser o de pensar, simplemente me ayudan a mejorar, pero jamás permitiría un retroceso.
Hoy confirmo mi miedo a perder el tiempo, a no saber aprovecharlo, ¡pero qué coño! Si hago lo que me apetece hacer en cada momento no podría considerarse perderlo, ¿no?
Parad a pensar en lo rápido que se escapa todo, lo que estés haciendo ahora en un segundo será pasado, ya no habrá forma de cambiarlo. Por ello quiero vivir lo que me de la gana vivir, no quiero arrepentirme de ni un segundo de mi vida.
Quiero aprender a vivir sin pensar, a disfrutar más, a luchar por lo que merezca la pena dejándome la vida en ello si hace falta. Quiero aprender a valorarme más, a buscar mi sitio, a darme una oportunidad.
En realidad hoy solo me apetece dar las gracias. Gracias a los que están desde el principio, gracias a los que han aparecido en mi vida para quedarse, gracias a los que me demuestran con hechos y no con palabras, a los que me abrazan como si fuese el fin del mundo, a los que comparten conmigo risas y están aun más para las lágrimas y, como no, gracias a los que alguna vez fueron importantes en mi vida y hoy en día ya no están y gracias a los que han querido hundirme o me han decepcionado mil veces.
Al fin y al cabo mi aprendizaje se basa en lo que cada persona ha podido aportarme, y nadie pasa por mi vida sin más.

domingo, 1 de junio de 2014



Domingo. Domingo de no hacer nada. Hoy ha sido domingo de echar de menos tener a alguien. O más bien de ganas de encontrar a alguien distinto, alguien que me llene, alguien que haga de cada domingo un poquito menos domingo.
Son las ganas de despertar cada día sabiendo que para alguien eres especial y que, aunque haya millones de personas en el mundo, para alguien eres única.
Es la necesidad de sentir la mirada de alguien clavada en ti, aunque no le estés mirando, que puedas sentir como te quiere solo por como te mira. Y mirarle. Y que en ese momento no exista nada más, nadie más.
Es el deseo de sentir las manos de alguien acariciándome a la vez que sonríe y no poder evitar sonreír también a la vez que se me pone la piel de gallina.
Quiero una espalda a la cual acariciar hasta quedarme dormida, unos pies enredados con los míos y unas manos que solo con rozarme me hagan sentir segura. Quiero besos, besos de esos de “no hay mejor lugar que este”, miradas de “jamás me cansaría de mirarte” y abrazos de “jamás te soltaría”.
¿Sabéis esa sensación de electricidad que te recorre el estómago, que hace que se te corte la respiración y que el corazón vaya a mil por hora? Eso, eso es lo que echo de menos sentir.
No busco un “para siempre”, quiero algo que me haga sentir de verdad. Necesito a ese alguien que rompa la coraza que yo misma me creé.
A veces me pregunto por qué casi todo el mundo a mi edad tiene ya a ese alguien que le complemente, o les cuesta poco tiempo encontrarlo, y a mí sin embargo me cuesta tanto. Quizás sea yo la rara he pensado muchas veces, pero no, simplemente he aceptado que me cuesta mucho llegar a engancharme de alguien y eso, sumado a que hoy en día la mayoría de chicos prefieren las cosas pasajeras y les asusta meterse en algo serio, hace difícil que encuentre a alguien que me llene de verdad.
Pero no me preocupa, cuando llegue el indicado lo sabré, me da igual el tiempo que tenga que estar esperando.
Si de por sí soy moñas, hoy estoy moñas de más. Pero bueno, cambiando de tema. Como ya dije, mañana empiezo clases por la mañana y autoescuela por la tarde, e iré también al gimnasio (que llevo sin ir desde el lunes por haberme puesto mala y la graduación y ya lo echo de menos). Así que voy a tener este mes los días bastante ocupados.
En realidad tengo muchas ganas de mañana, de empezar a esforzarme, de ir a por todas.
¡Quiero desearle muchísima suerte a todos aquellos que tenéis examen mañana! Acabamos de entrar en junio, ya comienza la recta final, ahora es cuando tenéis que cargar más las pilas e ir a por todas. Dos semanitas os quedan y después todo un verano por delante. Recordad que todo está en vosotros, y podéis, siempre tened presente que podéis.

sábado, 31 de mayo de 2014

Ahora la vida me sonríe.



Irónico que las despedidas también signifiquen saludos, ¿no? Anoche fue mi cena y fiesta de graduación y me sirvió para conocer aún mejor a gente de mi curso, bendita noche. Fue tan bonito todo, me lo pasé increíblemente bien.
Hoy me he levantado bastante tarde y he dedicado mi tarde a salir por ahí a despejarme, hablar e ir de tiendas con mi amiga Marta.
Vuelve a ser de noche, y no sé, esta noche estoy en modo “echar de menos”. Odio hacerlo, odio echar de menos, pero acepto que es también parte de la vida, y que en cierta parte es bonito, ¿no? Si echas de menos a alguien es porque le quieres, y si echas de menos un momento es porque en ese momento fuiste feliz.
Me asusta lo rápido que pasa el tiempo últimamente, ayer estaba entrando en el curso y hoy ya ha acabado. Me asusta no saber aprovechar bien el tiempo, pero supongo que la clave de hacer eso bien es hacer en cada momento lo que una sienta hacer. El tiempo, cuánto se podría escribir sobre el tiempo. El tiempo lo cura, lo transforma, altera todo.
Tengo unas inmensas ganas de verano, de playa, de piscina, de fiestas, de disfrutar. ¿No asociáis el verano con color? El verano es vida, es alegría, es salir, entrar, conocer gente nueva. No me importa tener que estudiar este verano, al revés, es un reto más, y tengo muchísimas ganas. La clave está en saber aprovechar el tiempo, saber organizarse. El lunes empiezo clases, 3 horas por la mañana, y por la tarde empiezo la autoescuela lo cual compaginaré con el gimnasio. Junio va a ser un poco agotador, pero espero sacarme pronto el teórico del coche y no tener que ir julio también a la autoescuela.
Quería agradecer a todos los que me escribís por ask, a todos aquellos que me alegráis con cada mensaje haciéndome sentir un poquito mejor, y recordad que aquí los grandes sois vosotros.
Me gustan las ganas de comerme el mundo que tengo ahora. Las ganas de hacer cosas, de aprovechar los días, de sentirme útil.
Salid, comeros la vida, disfrutad cada mínimo detalle, quered, la felicidad está en eso. No esperéis nada nunca, ni de la vida ni de nadie, vivid sin esperar nada a cambio, será cuando mejor os sintáis.
¡Besos de pato!

PD: os dejo unas fotillos más de la graduación.



viernes, 30 de mayo de 2014



Buenas gentusilla. Bueno, como ya sabréis ayer no pude publicar entrada porque tuve mi graduación y estuve bastante liada. Así que voy a dedicar la entrada de hoy a hablar de ello.
Nunca me habría imaginado lo que iba a sentir estando sentada en un teatro esperando a que digan mi nombre para salir y darme mi diploma de finalización del bachiller. Los nervios me comían, me temblaban las piernas, me sudaba hasta el ombligo. De verdad que es una sensación indescriptible. Las ganas de llorar, de reír, me invadía la felicidad.
Lo más bonito sin duda fue que estuviese allí mi familia apoyándome que son en realidad los que me han hecho más fuerte, los que me han animado si yo ya no podía más, los que sé que van a estar siempre. No todo el mundo tiene la suerte de tener una familia como la que tengo yo, y es de las cosas que más agradecida voy a estar toda mi vida. Las lágrimas de mi abuela dándome un abrazo, el “me siento orgullosa de ti” de mi madre, en sí, la presencia de aquellos que son esenciales en mi vida fue lo mejor de la noche.
Cuando tu vida va bien, quizás no sabes apreciar en realidad todo lo que tienes, pero cuando te has caído tan profundo que ni tú misma sabías quien eras, que te daba igual todo, que no tenías ilusión ni ganas por nada, y poco a poco vuelves a empezar a escalar hacia arriba, es cuando aprendes a valorarlo todo, a valorar la vida en general, a valorar a aquellos que están y que sabes que van a estar.
Estos años de bachillerato han sido como la crisis de mi vida, ya no en sí por el instituto ni nada parecido, sino personalmente. Eso sí, he aprendido millones de cosas, y con eso me voy a quedar. Ahora sé lo que quiero en mi vida, por lo que quiero luchar y los errores que no tengo que volver a cometer.
Las caídas en la vida están por algo, una caída en vano no es una caída, hay que saber aprender de ellas. Cuando te vaya mal párate a pensar, piensa qué te está intentando enseñar la vida con eso. Creedme, de todas las situaciones se aprende algo.
El día de ayer, de mi graduación, fue la despedida al instituto, pero fue una despedida más allá de eso. Fue una despedida a la Paloma que cayó, que no sabía levantarse. Fue una despedida a mi yo insegura, a esa chica que no tenía ilusión por nada. Pero sin duda ha sido el comienzo de una nueva etapa. Ahora tengo ganas de luchar, de construir mi propio camino, de sentirme orgullosa de mí.
Escribir esto sin llorar se me ha hecho tarea imposible. Es tan bonito lo que siento ahora mismo... Nunca os rindáis, parece una tontería que os dice mucha gente, pero hacedme caso, no lo hagáis. Marcaos metas, tened ilusiones y nunca las abandonéis. Todo lo que queráis conseguir, podréis conseguirlo.
¡Besos de pato!

miércoles, 28 de mayo de 2014



Hoy ha sido un día más, un día corriente. Esto de estar mala, lo que conlleva que no pueda salir de casa, me sienta fatal. Siento que no aprovecho nada el día, lo único que hago es estar tumbada y no puedo agobiarme más.  Además, cuando una está tanto tiempo en casa, con tanto tiempo sin hacer nada, piensa de más, y odio pensar. Soy mucho más feliz cuando no pienso, ¿no os pasa? Lo único que me hace despejarme un poco es ponerme canciones como “All about us” de He Is We, cerrar los ojos e imaginarme lejos, lejos como caminando por el puente de Brooklyn, paseando por las calles de Dubai, bebiéndome un café en un bar de una callejuela de París o tomando el sol en cualquier playa de agua cristalina, arena fina y poca gente. Tengo tantas ganas de hacer cosas en el futuro, pero es algo que os contaré detenidamente más adelante.
Mañana tengo mi graduación y soy tan de dejar las cosas para el último momento que aún no sé seguro ni los tacones que me voy a poner. Eso es una de las cosas que me encantaría cambiar de mí misma, hacer las cosas poco a poco o a su momento más que dejarlo todo para el final. Me lo he propuesto, y tengo que conseguirlo tarde o temprano.
Cambiando de tema, hoy mi madre me ha dicho que me recupere ya que tiene una sorpresa para mí. Me encantan las sorpresas, me encantan que me sorprendan, pero sin que me digan nada antes. Cuando ya me dicen “te tengo una sorpresa” sí, me voy a sorprender igual, pero soy de darle muchas vueltas a la cabeza pensando qué puede ser. Viniendo de mi madre, que me conoce como nadie, estoy segura de que me va a gustar, ya os contaré qué será.
Siendo mi primera entrada tampoco me quiero alargar mucho más, además de que como ya he dicho no he salido de casa y ha sido un día demasiado aburrido. Siempre he querido ser capaz de tener un diario y escribir día a día, pero nunca he escrito más allá de cuatro o cinco días, espero que esto sí que funcione.
PD: Cada día aprendo más quien está a mi lado en las buenas, pero sobre todo me estoy empezando a dar cuenta de quien está en las malas, y esos son los que realmente quiero en mi vida.
¡Besos de pato!

Empezando de cero.

Muy buenas gentusilla. Como ya he dicho por Twitter, mi madre me ha dicho que me cree un blog, que me anima a ello, y como ya sabéis mi madre es mi gran apoyo y en quien más confío, así que quizás sea una buena opción. 
Mi idea es quizás ir contándoos cada día como me he sentido, mis progresos o mis vueltas de hoja, mis sensaciones en general. Si alguien quisiese que algún día publicara una entrada en concreto, ya sea hablando sobre el amor, la motivación o cualquier tema así, bastaría con que me lo dejara en un comentario o diciéndomelo por Twitter.
¡Espero que os guste esta idea y que me leáis! Un beso de pato.